Biogeografia en Colombia

Biogeografia 

La biogeografía es el estudio de las distribución de los organismos sobre la tierra y las causas que rigen dicha distribución, la cual está ligada a condiciones geomorfológicas  y  climáticas 

UNIDADES BIOGEOGRAFICAS DE COLOMBIA

La realización de estudios biogeográficos resulta indispensable para el conocimiento y caracterización de la diversidad biológica del país pues, por una parte, permiten conocer la distribución original y actual de la biota y, por otra, atender muchas de las necesidades para su conservación y manejo. Igualmente, la biogeografía puede contribuir en forma significativa a la tarea de discernir patrones de evolución, patrones de especiación, etc. Aunque puede restringirse al análisis de las comunidades hoy existentes, la biogeografía adquiere un mayor interés cuando se proyecta con una visión histórica, buscando reconstruir la evolución de las unidades biogeográficas y el origen de los componentes vivos que las caracterizan. Es por esto que una visión integral de la biogeografía debe contemplar tanto la parte descriptiva y analítica basada en el presente, como la reconstrucción de los procesos históricos que pueden determinarse a través de evidencias geológicas, paleogeográficas, paleosedimentológicas, paleoclimatológicas y paleontológicas.

Desafortunadamente, el conocimiento paleontológico en lo que respecta a los vertebrados de Colombia es todavía bastante fragmentario. Aunque el hallazgo de un fósil denota por sí mismo que en el lugar o en sus vecindades existió la especie, el estudio que de éste se realice no indica necesariamente su origen, además de que muchas veces se dificulta su datación.

A pesar de que en la actualidad sigue siendo bastante prematuro esbozar satisfactoriamente la biogeografía del país, en este capítulo se busca realizar una aproximación a la misma, principalmente a través de sus unidades biogeográficas.Estas unidades se definen con base en criterios fisionómicos de la vegetación, criterios de paisaje, condiciones climáticas y en los componentes de la biota.

El intento de clasificación de las unidades biogeográficas de Colombia que se presenta en este documento no deja de ser provisional, primeramente por la carencia de información en cuanto a la distribución reciente de muchas de las especies, así como por los obstáculos que también presenta la desaparición de muchas otras en vastas áreas del país y que se evidencia en la carencia de documentación adecuada para poder precisar, en no pocos casos, la extensión original que tuvieron hasta hace pocos años, decenios, o hasta el siglo pasado.

La desforestación constituye la causa principal de destrucción de hábitats en Colombia. Esta ha venido ocurriendo en el país desde épocas precolombinas y, obviamente, la vulnerabilidad de las especies, la pérdida o degradación de sus ecosistemas originales es alta, favoreciendo en numerosos casos su proceso de extinción. Lamentablemente, en la actualidad resulta bastante difícil hacer un listado de las especies extintas en el país.

El problema de la extinción es más severo en el caso de las plantas. Hoy sabemos que un buen número de especies de plantas coleccionadas en el siglo pasado, en localidades bien conocidas pero que hoy están completamente desforestadas, han sido arrasadas y no se han vuelto a coleccionar en otros lugares. Aunque esto también se explica, en algunos casos, por los pocos esfuerzos que se realizan en recolección, colección y sistematización; evidentemente es probable que muchas de ellas se hayan perdido para siempre.

Un ejemplo que ilustra claramente esta situación es la de dos especies de Passiflora descritas por el padre Lorenzo Uribe: P. mariquitensis y P. azeroana. De P. mariquitensis, descrita por Mutis en Mariquita en sus manuscritos, se conocen ejemplares de herbario y una excelente lámina; en cambio, en el caso de P. azeroana no se conoce sino la lámina. Desde entonces, en todas las recolecciones que se han realizado en la región de Mariquita y en otros sectores en donde Mutis intensificó sus labores no ha vuelto a encontrarse.

Si intentamos reconstruir los areales originales de las unidades biogeográficas de Colombia nos encontramos con muchas zonas que hasta no hace muchos años poseían bosques y una determinada biota que en la actualidad ha desaparecido o está en proceso de desaparecer.

Un buen ejemplo de como el impacto de la intervención humana ha modificado el areal original de una especie es el de Crax alberti, la especie de paujil con cera azul, endémica de Colombia. El límite S de esta especie se documentó con un ejemplar coleccionado por Mrs. Kerr, en 1912, a 30 millas al W de Honda, el cual se encuentra en el American Museum of Natural History. En la actualidad es posible que perduren algunos individuos en esa región, pero el límite original parece haber penetrado hasta el Huila, a juzgar por una serie de toponímicos, tales como la Quebrada del Paujil, Quebrada de Paujila, Alto del Paujil, etc., que existen dispersos en los Departamentos de Tolima y Huila. Por otra parte, también hay documentación histórica que al parecer hace referencia a esta especie, como la memoria que apareció en el Semanario de la Nueva Granada, editado por Caldas, en donde se describe minuciosamente la presencia de paujiles, la abundancia de cafuches, zainos, etc. Igualmente, en este documento se hace una reseña en donde se mencionan muchas especies que han desaparecido desde aquella época, quizá algunas desde hace más de cien años y otras es posible que más recientemente.

Otros datos de esta especie indican que todavía persiste en el Valle del Cauca, aunque no existen datos plenamente confirmados sino para la región de Caucasia y Valdivia (Departamento de Córdoba). También existen pruebas testimoniales históricas de que Crax alberti existía todavía hace algunos 40 años en la cuenca del río La Vieja, en los límites entre los departamentos del Quindio y de Valle. Desde luego, ya no existe en estos sectores.

El primer ensayo de clasificación de las unidades biogeográficas de Colombia lo realizó Chapman en 1917; sus concepciones fueron aplicadas fundamentalmente en el reconocimiento de avifaunas. La zona que corresponde al piso térmico cálido fue descrita por él como zona tropical; al piso templado lo denominó zona subtropical, y la tierra fría es el equivalente a su zona temperada y a la zona de páramo, reconociendo desde luego la existencia de una zona nival distribuida muy localmente. Estas zonas las subdividió a su vez en subzonas húmedas y secas. En su momento, este fue un intento muy importante pero, desde luego, refleja más que cualquier otra cosa la fisionomía y clima de ciertas zonas y no sus componentes bióticos. De hecho, cuando se compara una selva del valle medio del río Magdalena con una selva amazónica y con una selva del Chocó, existe una gran similitud en cuanto a fisionomía pero no en cuanto a los elementos bióticos que las componen.

La clasificación de Chapman presenta inconvenientes que radican específicamente en la nomenclatura, como es la utilización de zona subtropical en la zona intertropical comprendida entre el Ecuador y más o menos 23ø 27' al N o al S del Ecuador. Es importante señalar que cuando muchos de los elementos faunísticos y florísticos distribuidos al N o al S de los trópicos, ya sea de Cáncer o de Capricornio, penetran a la zona intertropical van desplazándose a elevaciones mayores. Este es el caso de plantas (en muchos casos también de fauna) como Gunnera magellanica, de la familia de las halorragáceas, que crece en Tierra del Fuego al nivel del mar y que en Colombia alcanza su límite N en el sector del Parque Nacional de los Nevados, en elevaciones nunca inferiores a los 3500 msnm. Por esta razón el uso del término subtropical cuando nos referimos a unidades biogeográficas en Colombia no es muy aconsejable.

Hershkovitz (1951) reconoce básicamente la región neotropical y al interior de ésta varias provincias, con base en criterios zoológicos (principalmente en la distribución de mamíferos). En su sistema de clasificación la Amazonia y la Orinoquia representan la provincia colombiana. Este autor destacó el alto grado de endemismo de mamíferos al W de las llanuras de la Amazonia y de la Orinoquia en Colombia.

En la actualidad, los esquemas de ordenamiento presentados siguen siendo bastante incompletos y deben considerarse más como ensayos con cierto valor heurístico o instrumental, sujetos a rectificaciones. Para precisar las unidades biogeográficas se deberán incluir criterios cladísticos, que permitan determinar más claramente posibles secuencias en la diferenciación espacio-temporal o evolutiva de las unidades biogeográficas. Igualmente, la diferenciación de estas unidades debe realizarse simultáneamente con información faunística y florística, teniendo especialmente en cuenta los aspectos de endemismo. Luego, las unidades deben asignarse con criterios biogeográficos a niveles jerárquicos, puesto que no pueden compararse áreas muy pequeñas, caracterizadas por algunos endemismos muy bien definidos, con áreas extensas y altamente biodiversas.                  


 

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